El aumento de los precios de la energía en Europa está afectando a los costes, los beneficios y, en algunos casos, a la continuidad del negocio. Las decisiones de política energética de los últimos años, como el abandono de la energía nuclear por parte de Alemania, han aumentado la dependencia de Europa a los combustibles fósiles rusos. Debido a estos factores entre otros, se espera que la crisis energética europea continúe